La temperatura más adecuada en la oficina

Una de las conversaciones más típicas en cualquier entorno de oficina es la temperatura; no nos referimos al clima o a “si va a llover”, sino al eterno rifirrafe sobre los que tienen frío o calor en su puesto de trabajo. Y es que, en un espacio de trabajo de estas características, conviven muchas personas y es normal que las preferencias en cuanto a la temperatura difieren y no exista el  pleno consenso.

La temperatura ideal  

Pero ¿qué debería medir el termostato? Dejando de lado la cuestión de que diferentes personas tienen diferentes necesidades (partiendo de la misma base biológica que diferencia hombres y mujeres), lo cierto es que existen unos cánones que pueden ayudar a marcar las líneas a través de las cuales aportar confort al conjunto de las personas que conviven en un entorno común. La normativa establece que los 26 ºC son la temperatura ideal estable que todo tipo de lugares con una concurrencia regular deberían tener, pero también es evidente que existen factores que pueden balancear esto. En el caso de una oficina, solamente los equipos informáticos ya generan muchísimo calor; eso sin contar con la ubicación de la oficina (orientación, horas de luz) o el número de personas que se encuentran en cada uno de los espacios.

Si bien fijar la temperatura en unos fijados 26 ºC puede ser algo estricto, lo cierto es que el termostato debería oscilar entre los 24 ºC y los 26 ºC para que resulte cómodo para la mayoría de personas y poder garantizar el bienestar a todo el mundo en sus puestos de trabajo. En ningún caso se debe someter el ambiente a cambios bruscos de temperatura que puedan perturbar la salud de las personas; esos dos grados de diferencia deberían bastar para mantener un buen entorno de trabajo. La mejor opción suele consistir en programar los equipos de manera que se enciendan antes del inicio de la jornada laboral, con la suficiente antelación para que el ambiente ya esté fresco y a una buena temperatura para cuando el personal empiece a llegar.

Qué hay que tener en cuenta

A la hora de elegir el mejor sistema de climatización para nuestra empresa, hay que tener en cuenta, pues, diversas variables: una de las principales, las dimensiones de la oficina, que determinarán en buena medida el tipo de equipo que instalaremos. Es probable que también queramos apostar por equipos cuyos índices de contaminación acústica sean muy leves, para no perturbar a los trabajadores y que estos puedan concentrarse en sus tareas sin molestos ruidos de fondo.

Hay otras cuestiones que deben ser tenidas en cuenta y que, más que a los trabajadores, resultarán de interés para los propietarios de la empresa. Y es que, aparte de la necesidad de controlar el consumo energético por cuestiones de sostenibilidad, es evidente que un mayor gasto en climatización repercute en un mayor coste para la empresa. Por esa razón, invertir en equipos de aire acondicionado y bomba de calor que dispongan de la mejor tecnología en cuestión de eficiencia y de gestión es esencial.

Ejemplos de sistemas de climatización

Tenemos el caso de los cassettes VRF de gran capacidad con sistema Econavi de la marca Panasonic,  una excelente opción en estos casos, ya que cuentan con prestaciones muy útiles en ambientes de oficina. Por ejemplo, sus sensores detectan la presencia humana, gestionando el consumo de manera responsable y evitando los flujos de aire directos cuando hay gente cerca. De esta manera, ya no es necesario estar pendiente del apagado de los equipos cada vez que las salas se queden vacías. Además, los niveles de ruido de estos sistemas son muy bajos y facilitan la tranquilidad en el entorno, pudiendo incorporar controladores de pared para gestionar cómodamente las diferentes opciones y así generar un mayor confort.

Los sistemas ECOi son una gran opción si se piensa en términos de rendimiento y ahorro; los VRF eléctricos con unidades de conducto permiten la máxima efectividad, tanto a efectos de aire acondicionado como de calefacción, permitiendo hacer la climatización efectiva en todas las salas que conforman la oficina, incluso aunque las condiciones climáticas del exterior sean severas. La flexibilidad de la instalación y que sean unidades tan silenciosas son otras de las ventajas a tener en cuenta para efectuar instalaciones de esta modalidad de equipos.

Cuidar que el entorno laboral sea confortable para los trabajadores resulta de importancia vital en una empresa; cuanto más cómodos estén los empleados mayores serán sus niveles de satisfacción y también se incrementará la productividad en la oficina.

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