Seguro que sabes que el Feng Shui es una técnica oriental milenaria que ayuda a que la energía positiva circule por cualquier estancia de tu hogar. Hoy vamos a hablarte de lo positivo que puede ser aplicarla en la habitación de tu hijo, y como puedes hacerlo de manera correcta.
Lo primero que debes tener en cuenta es que el Feng Shui pretende que la energía circule, por lo que necesita no encontrarse con obstáculos en la habitación. Por lo tanto, tienes que reducir los muebles del dormitorio de tu hijo a los indispensables.
Del mismo modo, es esencial que te pares a valorar los colores que vas a usar en la decoración de esta habitación infantil. Por supuesto que cuantos más colores uses, más alegre y divertida será, pero también debes poner especial cuidado en elegirlos entre la gama de los más claros, como los azules, rosas y verdes pasteles, que crearán un clima tranquilo y relajante para el pequeño.
Otro factor a tener en cuenta es la ubicación de la cuna del bebé, ya que de su posición depende que la energía circule de manera positiva, y le llegue al niño. Es ideal que no esté alineada ni con la puerta, ni con la misma pared que da a la puerta, pero es importante que mire hacia ella, siempre sin tener contacto directo.
Asimismo, la puerta de la habitación de tu hijo es uno de los aspectos más importantes que debes tener en cuenta a la hora de aplicar las técnicas del feng shui. Debe abrirse hasta 90 grados, sin ningún obstáculo ni problema, para que la energía pueda entrar sin problemas.
Finalmente, no puedes olvidarte de la luz y la iluminación de la habitación, ya que no es recomendable colocar una lámpara (ni ningún otro objeto) encima de donde esté el bebé, por lo que es recomendable colocar luces en la pared, que den claridad en tonos cálidos, aunque es recomendable que entre suficiente luz natural durante el día. Asimismo, hay que evitar tener cerca del niño artefactos eléctricos o de alta tecnología.
El Feng Shui en las habitaciones infantiles,