Por muy bien que decoremos una estancia, nunca nos lucirá en su máximo esplendor si no la iluminamos de manera adecuada. Esto se demuestra especialmente en las habitaciones infantiles, donde muchos de los detalles que podemos poner van a quedar perdidos si no reciben la luz adecuada.
Además, también debemos tener en cuenta que la habitación de nuestros hijos debe ser una estancia alegre, lo que será difícil que consigamos si no le proporcionamos la luz adecuada.
Hay que valorar que los niños pasan muchas horas en la habitación, jugando y estudiando, así que es esencial que tengan un ambiente que les haga sentirse cómodos y les favorece su desarrollo en todos los sentidos.
Lo primero a tener en cuenta es situar la habitación infantil en la estancia donde entre más luz natural, para procurar ahorrar energía eléctrica y, a la vez, conseguir que tus hijos reciban la luz más natural posible y no tengan que forzar su vista. A ello puedes contribuir con unas cortinas ligeras y pintando las paredes con un color pastel de tono suave, que realzará la iluminación y potenciará su descanso.
A la hora de elegir luz artificial, es necesario que optemos por una fuente de luz general y la combinemos con otras de puntuales en zonas especiales, como donde estudia el niño o juega. En cuanto a lámparas de techo, hay que decir que existen muchos modelos infantiles, en forma de coche, de barco, de estrella…, y que para las luces puntuales podemos optar por una lámpara de mesa (en la mesita de noche y un flexo en el escritorio.
Un detalle importante que no podemos dejar de lado es que muchos niños tienen miedo a la oscuridad. En estos casos, es necesario que compremos un quitamiedos, o lámpara de fácil acceso. Son muy recomendables las lámparas táctiles o las lámparas con reóstato de intensidad, que se colocan al lado de la cama y se encienden fácilmente.