Hasta hace unos años, las alfombras de escalera se consideraban como algo digno de la casa de nuestras abuelas, o del teatro. Pero el tiempo pasa, y las modas vuelven: ahora las alfombras de escalera vuelven a ser tendencia , especialmente por su capacidad de crear ambientes cálidos.
Si te planteas poner una alfombra en la escalera interior de tu casa, tienes suerte porque en la actualidad se encuentran numerosos modelos en el mercado, hechos en materiales tan diferentes como la lana o el poliéster. Además, tienen colores tan variados que no tendrás ningún problema para adecuarlas a la decoración de tu casa y convertirlas, de hecho, en un elemento decorativo más.
Pero, a parte de la estética, hay que decir que las alfombras de escalera tienen otras ventajas, como la comodidad de moverte descalzo sin pasar frio. Además, su grosor ayuda a amortiguar los posibles golpes o, incluso, las pisadas lo que resulta fantástico para las personas que duermen cerca de esta zona de la escalera.
Por supuesto, tampoco podemos olvidarnos de la garantía de seguridad que es la instalación de una alfombra de una escalera sobre suelos que resbalan fácilmente. Con ella, podrás subir y bajar con la completa tranquilidad de que no vas a caerte.
De todos modos, no te estamos diciendo que las alfombras de escalera sean la panacea perfecta, ya que también tienen sus aspectos negativos. Para empezar, su limpieza. Hay que tener en cuenta que las alfombras de este tipo deben fijarse con adhesivo, clavos o grapas. Por lo tanto, es complicado limpiarlas bien tanto por encima como por debajo. Esto significa que tendrás que usar siempre una aspiradora y limpiar las manchas con un producto que se vende en tiendas especializadas del sector. Además, al estar fijadas así pueden dañar el suelo, si es parquet. Es muy importante que las coloque un profesional, que sepa perfectamente cómo ponerlas con total seguridad y dañando el suelo lo menos posible.