Una casa sin color no tiene vida, y no resulta acogedora. El tono con el que decoramos nuestro hogar refleja como somos, y también despierta sensaciones en las personas que nos visitan. Por lo tanto, es importante que aprendamos a dar a nuestro hogar el color que encaja mejor con lo que queremos que sea nuestra casa.
De todos modos, usar el color no tiene que significar convertir en nuestra casa en un arcoíris llamativo. Siempre debemos ser elegantes a la hora de emplear tonos que no sean el blanco, y combinarlos en elementos puntuales de la decoración, como marcos y cuadros.
Para empezar, aunque parezca obvio, no podemos plantearnos decorar nuestra casa sin recurrir a nuestros colores favoritos, sean o no tendencia decoración. Teniendo presentes los tonos que siempre nos han gustado, es una buena idea que empecemos por imaginar el espacio a decorar sin colores, y a partir de aquí, vayamos construyendo el escenario perfecto.
Asimismo, no podemos olvidarnos del efecto que tienen los colores en las personas, ya que está sobradamente probada su influencia en la personalidad de quien los contempla. Así, el rojo y el amarillo nos darán vida a un espacio, mientras que el azul pastel y otros colores de la gama nos inspirarán tranquilidad. Por tanto, debemos valorar esto si vamos a decorar, por ejemplo, una habitación o una sala de juegos infantil. Igualmente, la gama de los marrones nos ayudará a crear espacios tranquilos, mientras que el lila y colores relacionados nos van a aportar frescura y vitalidad. Un color que no podemos olvidar, en este sentido, es el negro, que en su justa medida aportará el toque de elegancia y distinción que buscamos.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de aplicar el color a la decoración, es el equilibrio. Hay que recordar que los expertos abogan por aplicar la regla 60-30-10, es decir, el color dominante debe estar en un 60% del espacio, el secundario en un 30, y el 10% restante debe reservarse para detalles puntuales. Con esta idea, y teniendo siempre muy presente lo que nos gusta y lo que no, podremos conseguir que nuestra casa sea lo suficientemente colorida, pero sin perder la armonía y el sentido estético.