Pese a que los pisos actuales son cada vez más pequeños, la verdad es que los conocidos como baños de cortesía aun pueden encontrarse en más de un hogar. Se trata de esos pequeños cuartos de aseo que están destinados a que los usen los invitados o los visitantes ocasionales de una casa y que, pese a tener pequeñas dimensiones, resultan muy cómodos por su excelente ubicación en el hogar. Se encuentran en lugares de paso para que sean de fácil acceso a las personas ajenas a la casa, que no se sentirían cómodas entrando, por ejemplo, al dormitorio principal para tener que ir al baño.
De hecho, la característica que define a los baños de cortesía es que, dado el poco espacio con el que cuenta, solo ofrece los elementos básicos de una estancia de este tipo. Pese a ello, se pueden decorar de manera que resulten acogedores para nuestros visitantes, siguiendo unos consejos fáciles muy básicos.
Un baño de cortesía típico cuenta con un lavamanos, un inodoro y un espejo, habitualmente de líneas sencillas y colores claros. Pero podemos mejorarlo dedicándole un poco de tiempo y algunos pocos objetos decorativos.
Para empezar, hay que valorar la necesidad de poner un sencillo plato de ducha, por muy pequeño que sea el baño de cortesía. De esta manera, los invitados que pasen una noche en casa no tendrán que utilizar el baño principal, lo que resulta muy útil.
Además, también hay que valorar la necesidad de poner un espejo para generar la sensación de amplitud necesaria en un espacio tan pequeño. En cuanto a la iluminación, es preferible que nos decantemos por los sistemas de luz difusa, que creen un clima agradable.
Finalmente, dadas las pequeñas dimensiones de este tipo de cuartos de baño, es recomendable que no añadamos armarios bajo el lavamanos para no generar sensación de agobio, especialmente si el aseo es muy pequeño. Un mueble auxiliar y una estantería nos bastarán.