Hoy en día está muy de moda decorar la casa en tonos claros, muy acordes con el estilo minimalista tan de moda en la actualidad. La verdad es que este tipo de colores son muy apreciados porque ayudan a la luminosidad de la casa y, además, ayudan a ensanchar visualmente los espacios.
Los tonos claros, como el blanco, los crema, beige y pasteles, son elegantes, y hacen que una habitación sea muy relajante, además de ser adecuados para cualquier estancia. Eso sí, hay que saber como usarlos en la decoración.
Usar únicamente los tonos claros en una casa puede convertirla en un sitio frío y sin personalidad. Por eso, una buena opción es que rompamos la monotonía cromática introduciendo pequeños elementos de decoración en tonos más fuertes, que hagan contraste con el color principal.
Por ejemplo, en el salón podemos introducir tonos de color vivos en forma de una alfombra o algún objeto decorativo de color rojo, naranja o azul eléctrico. Incluso, un mueble o una pared en un tono más cálido nos ayudará a que la estancia sea mucho más acogedora y menos fría.
En este sentido, son especialmente recomendables la gama de los marrones y cremas, que combinan muy bien entre sí, y por eso son protagonistas en hogares con estilos clásicos, sin demasiados sobresaltos en la decoración, habitadas por personas de carácter discreto y serio que buscan espacios afines a su personalidad tranquila.
Un último consejo es que nos decantemos por incorporar el gris a una estancia decorada en tonos blancos. Eso sí, es importante que sea un gris claro, ya que siempre dará más vida a la estancia que en oscuro. Podemos hacer una combinación realmente decorativa y original, basada en tonos claros, pero incluyendo toques de elementos decorativos en colores como el amarillo o el naranja, además del blanco.
En resumen, si queremos decorar nuestra casa en los tonos claros tan de moda, pero logrando que las estancias tengan una verdadera personalidad, y no sean frías, tan solo tenemos que saber combinar los colores con otros un poco más subidos de tono.