Una buena manera de cambiar el aspecto de nuestra casa sin hacer obras excesivas, es recurrir a colocar papel pintado, para que las paredes tengan una apariencia completamente diferente.
Aunque hasta hace poco el papel pintado se consideraba como algo de la época de nuestros abuelos, la verdad es que hoy en día es una de las formas más sencillas y baratas de decorar las paredes, a la vez que efectivas.
Una de las principales características del papel pintado es que a la hora de decorar una estancia, nos va a permitir darle un aire muy personal a cada estancia en la que lo pongamos. Por muy poco dinero, algo a tener en cuenta en los tiempos de crisis que corren, podremos hacer que nuestro comedor o dormitorio tengan un toque completamente diferente.
Otra ventaja es que el papel pintado permite numerosas opciones prácticas a la hora de decorar. Para empezar, se puede combinar de infinitas maneras con la pintura, y con otros papeles. Además, con el papel conseguiremos que las posibles imperfecciones que haya en la pared se notarán mucho menos que con la pintura.
Otra de las ventajas es que tiene una gran variedad de diseños en el mercado, lo que nos permitirá encontrar la opción perfecta para decorar nuestra vivienda, consiguiendo diversos efectos decorativos que con la pintura no es tan sencillo de lograr, y que pueden resultar espectaculares en la pared. Y eso por no hablar de su sencilla limpieza. Y es que con solo pasar un paño y agua con jabón el papel nos quedará con un aspecto como nuevo.
De todos modos, debemos ser conscientes de que recurrir al papel pintado también nos puede generar algún que otro inconveniente, como su precio. Pese a no ser una decoración costosa, hay que tener en cuenta que, aunque depende mucho de la calidad y el material, normalmente la pintura es mucho más económica que el papel.
En todo caso, siempre se puede buscar una opción intermedia entre la pintura y el papel pintado usando rodillos con texturas para decorar nuestras paredes.