Con el ritmo de vida que llevamos hoy en día, a más de uno nos gusta la idea de llegar a nuestra casa y que sea un oasis de paz para aliviar nuestro estrés. Una buena manera de conseguirlo es decorarla siguiendo las bases del estilo oriental zen.
El Zen en decoración se define como aquel estilo que busca combinar elementos y muebles para conseguir una paz interna. Una de sus principales características es que huye de la decoración excesiva, por lo tanto un salón zen debe tener solo el mobiliario y los accesorios básicos. Lo ideal, si siguiéramos al pie de la letra la filosofía oriental Zen, sería que no tuviéramos muebles, pero evidentemente esto no es posible, así que nos decidiremos por un sofá, un mueble para la tele y las inevitables mesas y sillas.
A la hora de elegir estos pocos muebles que vamos a colocar ern nuestro salón de estilo zen debemos decidirnos por los que están hechos de madera natural – especialmente haya – y tengan las formas más sencillas, huyendo de diseños barrocos y de las líneas curvas en los diseños.
Aunque la sobriedad y el pragmatismo son las principales características del estilo zen, también debemos procurar que la casa mantenga un ambiente agradable, en el que predomine una luz indirecta y sensual y donde se usen aromas suaves para crear una sensación agradable.
Este estilo de decoración no tiene unas normas rígidas, sino que es el resultado de una mezcla de nuestros gustos, con muebles de líneas sencillas y colores adecuados. Con ello nos referimos a usar , esencialmente, tonos neutros como el propio blanco, el beige, el color hueso o el ocre.
Un último consejo a tener en cuenta a la hora de decorar un salón siguiendo las pautas del estilo zen es que aprovechemos al máximo la luz natural que entra por las ventanas de la habitación. Cuando esto no sea posible deberemos recurrir a fuentes de luz indirecta, que nos permita crear un ambiente íntimo y relajado. No podemos olvidar nunca que este estilo de decoración tiene como principal objetivo incidir de manera positiva en nuestro equilibrio emocional.