El estilo de decoración zen permite que demos a nuestra casa un ambiente muy relajante, en el que el estrés y el nerviosismo del día a día se queden en la puerta.
Si queremos que nuestro hogar sea un espacio equilibrado, debemos decorarlo siguiendo las bases de este estilo, que le darán una atmósfera única.
Para empezar, debemos tener en cuenta que un espacio zen es prácticamente minimalista, ya que en él abundan las líneas puras y simples, todo está ordenado, y no hay excesos decorativos.
También reinan en este estilo de decoración los colores seremos, tanto en las paredes como en el suelo. Deben ser sobretodo naturales, como los tonos tierra, los beige, el blanco y el gris, que evocan tranquilidad. También el suelo tiene que ser de tonos claros, complementado con alfombras de lana de colores similares.
Asimismo, es esencial que los muebles que elijamos para una casa de estilo zen sean lo más sencillos posible en sus líneas, sin ninguna ornamentación recargada. En el mismo sentido, es importante que no los llenemos de elementos decorativos: tanto fotos como cuadros y complementos, deben estar reducidos al mínimo. Es decir, debemos reducir al mínimo los elementos de la casa, para quedarnos con los indispensables para garantizar nuestra comodidad.
De igual manera, debemos complementar la decoración creando un ambiente agradable y acogedor, con una iluminación suave. Por lo tanto, es necesario optar por lámparas cálidas que desprendan una luz más tenue, y jugar con las luces indirectas. Podemos complementarlo proporcionándole a la estancia un aroma especial, ya sea a través de aceites esenciales , velas aromáticas o incienso de los olores que más nos relajen.
En el mismo sentido, nos van a ayudar las plantas, que tienen un efecto relajante tanto por su origen natural como por su estética. Eso sí, tenemos que descartar las que tengan flores que desprendan olores muy fuertes, que pueden llegar a agobiarnos. Una buena opción es decantarnos por bonsáis.
Finalmente, un buen consejo es que escondamos de la vista todos los elementos electrónicos que tengamos en casa, y que pueden perturbar el ambiente. Un buen ejemplo es la tele, que podemos ocultar en un mueble.