¿Te estás planteando dar un toque de originalidad a alguna estancia de tu casa y no quieres gastar mucho dinero? Una buena opción puede ser que te decidas a pintar las paredes de colores diferentes, rompiendo la monotonía habitual.
Durante muchos años fue una tradición casi sagrada pintar todas las paredes de blanco. Esta monocromía se rompió con las típicas cenefas estarcidas y, hace relativamente pocos años, con habitaciones en las que todas las paredes estaban en blanco y de repente, una en rojo o en negro.
La verdad es que hay propuestas muy variadas, algunas muy atrevidas y otras muy románticas, pero siempre diferentes y originales, con un toque especial que proporciona el color. Te demostrarán como el color puede cambiar completamente una estancia.
Una buena opción es escoger colores muy intensos y oscuros, algo que en principio parece poco acertado, pero que acaba resultando espectacular. Elige un color tan señorial como el azul noche, y combínalo con muebles retro o clásico, y con colores muy diferentes en las otras paredes, como el ocre, oro viejo, blanco o amarillo, entre otros. Verás como el resultado es llamativo, a la vez que elegante.
Otra combinación muy acertada es la que mezcla un color claro y uno oscuro arriba. Si quieres dar en la diana y escoger dos tonos que armonicen perfectamente, te sugerimos que optes por el azul petróleo y el rosa chicle. El resultado final es de gran fuerza.
¿Prefieres un ambiente más romántico, de ensueño? También puedes conseguir un toque así gracias a la combinación de colores en diferentes paredes. Por ejemplo, una pared pintada en un blanco roto grisáceo se combina con un zócalo en gris y, para aportar un toque señorial, se empapela un gran recuadro con un papel clásico del mismo tono, que se ha enmarcado con molduras en el mismo gris del zócalo. Un toque final de romanticismo declarado lo aporta el rosa, junto a esta combinación de grises claros. No puedes pedir más: un ambiente original, a la vez que etéreo.