¿Quién no recuerda en los edificios de hace años aquellas llamativas paredes de pavés, hechas a base de sólidos bloques de cristal que recuerdan a los cubitos de hielo en tamaño XXL?
A pesar de las utilidades prácticas que tenían estos muros particulares, con el tiempo pasaron de moda, y dejaron de colocarse en las casas más modernas. Ahora, los expertos en decoración y algunos fabricantes de vidrios han vuelto a poner de moda este material y los muros de pavés aparecen ya en las viviendas más vanguardistas, bien en sus fachadas, bien formando parte de otras estancias como cerramientos para ducha, muros de separación…
Eso sí, el pavés actual no es el mismo que el que se usaba hace años para construir. Antes, los bloques de vidrio solo podían colocarlos un albañil experto, con mortero y varillas de metal. Las propuestas más actuales nos permiten levantar una pared de pavés nosotros mismos, mediante el uso de perfiles plásticos, cola…, y un poco de habilidad por nuestra parte.
Un buen ejemplo de este nuevo pavés es el que presenta la firma de bloques de vidrio Seves, y que dispone de un sistema llamado Quicktech presentado en kit. Cada kit cuenta con material como para levantar un metro cuadrado de pared, realizada con veinticinco bloques de vidrio serie Basic de la misma firma, que no se incluyen en el kit. Estas paredes pueden alcanzar una altura de 3,5 metros si se anclan también al techo, y de 2,20 metros y un máximo de 1,40 de largo si son independientes.
Aunque nos suene como algo digno de un albañil profesional, la verdad es que levantar las paredes de pavés actual es más sencillo de lo que parece: tras cortar los perfiles perimetrales a la medida, se pegan los dos que van a pared y techo, vigilando con el nivel que están bien colocados. Sobre esta L empezaremos a encolar bloques, pegándolos también entre sí aprovechando el sistema de encaje que llevan. Cuando esté puesta la primera hilera, sobre ella se pega un perfil horizontal y se continúan colocando hileras hasta terminar el trabajo.