Cada vez más personas deciden capear la crisis económica compartiendo piso, especialmente los jóvenes, o recién divorciados. La verdad es que vivir en un piso con gente prácticamente desconocida es la mejor opción económica, pero implica tener que reestructurar la decoración de manera que sea satisfactoria para todos los habitantes de la casa.
Es importante seguir algunos consejos que nos ayuden a que la casa sea acogedora para todos:
Lo primero es que decidáis todos juntos los colores, los ornamentos y el mobiliario que formarán parte del hogar. Una buena opción es que escojáis tonos neutros. Una decoración con el blanco como color de base puede ser garantía de éxito, y siempre tendréis tiempo de añadirle un toque personal de color que os anime el escenario.
En cuanto a los muebles, es buena idea que escojáis piezas de líneas rectas, que sean ante todo prácticas y con buena capacidad de almacenamiento, ya que vais a ser varias personas y, por lo tanto, tendréis muchas cosas que guardar. Además, no puede faltar en ninguna casa un sofá cómodo, práctico y de un tono oscuro, que no presente problemas de limpieza.
Algo parecido debéis plantearos a la hora de elegir los textiles de la casa. Es importante que no sean demasiado personales, ya que viviréis gente muy diferente en el hogar, por lo que es mejor que optéis por telas lisas o ligeramente ornamentadas de estampados alegres, que resulten bastante neutras.
Finalmente, tampoco tendréis que gastar demasiado dinero en ornamentos, ya que con alguna alfombra y lámparas secundarias tendréis más que suficiente. Eso sí, una buena opción para zonas comunes como el salón o el pasillo son los espejos, pues sin ser demasiado personales dan mucho estilo y glamour a los espacios.
Con estos consejos básicos, ya tenéis lo suficiente como para poner las bases de la decoración de un piso compartido. Ahora, solo tenéis que animaros a ir un día de compras todos juntos y disfrutar del momento.