Si alguna vez has colocado un wallpaper (papel de pared) o un vinilo en tu casa, ya sabes que se trata de un recurso decorativo que crea adicción. Estos adhesivos con dibujos, formas o imágenes permiten dar un aire completamente distinto a cualquier pared o superficie (cristal, madera…) en un momento, sin necesidad de realizar obras ni de manchar nada.
Si todavía no lo has probado, te contamos algunos secretos que no puedes dejar de leer si quieres decorar con wallpapers o con vinilos:
-. ¿Vinilo o Wallpaper? Con cuál me quedo: el wallpaper es un mural decorativo o un papel de pared. Se trata, por lo tanto, de un lienzo de grandes dimensiones con una foto o una imagen que permite cubrir todo un muro o un tabique. Es una buena opción si queremos crear un efecto espectacular decorando toda una pared de nuestra casa con una foto, como por ejemplo un paisaje. El vinilo, en cambio, es un dibujo que va recortado según su diseño, por lo que no tiene fondo. Puede tener dimensiones muy diferentes y cuenta con gran variedad de colores, texturas y acabados. Es una buena opción si queremos añadir un motivo decorativo a un espacio de nuestra casa, como por ejemplo, encima del sofá. También es habitual encontrar vinilos con palabras o mensajes para dar un toque diferente a la decoración.
-. Se pueden colocar sobre cualquier pared o superficie lisa: tanto si escoges un wallpaper como si te decantas por un vinilo, en ambos casos se trata de adhesivos que puedes colocar sobre cualquier pared o superficie lisa. No obstante, si tu pared es estucada, antes tendrás que alisarla, algo que puede conllevar cierto trabajo, ya que de lo contrario, no quedaría bien.
-. Son fáciles de colocar y no manchan: generalmente, los wallpaper y los vinilos de decoración son muy fáciles de colocar siguiendo unas simples instrucciones de montaje que vienen con el propio adhesivo. Además, a diferencia de la pintura, no manchan ni es necesario proteger el suelo ni las demás superficies y tampoco hay que esperar a que se sequen. Otra de sus ventajas, es que no despiden gases ni olores, como suele pasar con la pintura.
-. Se pueden quitar fácilmente y no dejan agujeros: otra de las ventajas de estos elementos decorativos es que son muy duraderos. Sin embargo, cuando te canses de ellos, se pueden quitar muy fácilmente, por lo que no tendrás problemas para cambiar la decoración. Además, como no llevan clavos ni ningún otro elemento de sujeción, no te quedarán agujeros en la pared cuando decidas sacarlos.