Uno de mis vicios inconfesables tiene mucho que con una de mis pequeñas –o grandes, según a quién le preguntemos- manías. Empiezo por ese vicio que en ocasiones se me hace complicado de justificar ante mis amigos. Luego hablaré de la mencionada manía.
No estoy muy seguro de en qué canal lo dan, pero sí que me gusta verlo y el sábado por la tarde es raro que no nos quedemos todos embobados frente a la televisión mientras nos presentan unas casas que nos hacen pensar más bien en modernos caserones señoriales.
Por mucho que lo mío con la televisión sea una fobia insalvable, reconozco que me quedo boquiabierto ante construcciones cuya superficie habitable es más o menos la misma que la del campo de fútbol en el que jugaba de pequeño. Que, como se descuiden, tienen que pedir un taxi para ir del salón al dormitorio, vamos.
De todos los tamaños, formas y colores
¿Y el diseño? Para qué hablar del diseño. En tamaños mastodontes caben todos los estilos: desde el moderno y funcional con unos cristales en lugar de paredes que te permiten ver el mundo sin que el mundo te vea a ti, por ejemplo, hasta otros tan recargados y llenos de muebles que una casa del tamaño de una nave industrial pero con tres pisos se antoja pequeña.
Y no te digo nada de los muebles y los electrodomésticos. En esas casas, en lugar de armarios, hay habitaciones llenas de ropa colgada, con unas televisiones descomunales, cuando no salas de cine, de juegos, discotecas en el sótano y una nevera que te dice que producto te falta para la cena y que no cojas los pastelitos, que te estás poniendo fondón.
Espacio, diseño y funcionalidad
Quien dijo que el verdadero lujo es el espacio, se equivocaba: el lujo es la combinación de espacio, diseño y, le pese a quien le pese, funcionalidad. Vamos, que quien afirmaba que se reducía sólo al número de metros cuadrados lo dijo porque, probablemente, vivía en un minipiso de 30 metros cuadrados con dos compañeros.
Pero he dicho que, además del vicio de ver el mencionado programa de mi, por otra parte, odiada televisión iba a hablar de una manía que tiene que ver con él:
Veamos: los orgullosos dueños nos enseñan las habitaciones, el salón, los baños y hasta el cuarto del canario, pero no se ve ni una sola alarma. Tal vez no la tengan, lo que supondría una enorme irresponsabilidad por su parte, por no hablar de un desprecio insultante por sus bienes y aun por su propia vida. O tal vez hayan optado por la solución inteligente.
Una opción elegante
Instalar una alarma no tiene por qué suponer que el diseño del hogar se vea perjudicado. Un sensor o un cuadro de mandos adecuados puede muy bien ser, además, un fabuloso complemento para la decoración. Nadie sospecharía que determinados elementos sean otra que discretos adornos y, sin embargo, nos hacen ganar en seguridad, tanto para nuestros bienes como para nuestra vida.
Eso sí: es conveniente que, desde lejos, quienes puedan siquiera pensar en asaltar una vivienda sepan que se van a enfrentar, desde un primer momento, a unas sirenas muy ruidosas. Y al cabo de muy pocos minutos a otras, que suenan mientras gira una luz azul. Parece innecesario explicar la figura retórica.
No soy sólo yo quien lo dice
Y, dentro del mundo de las alarmas, sean éstas destinadas a una mansión, a una nave industrial o al minipiso donde vivía el que dijo lo del lujo y el espacio, vamos a pararnos en unas que, por su excepcional funcionalidad y por su fabuloso diseño, cubren todas las necesidades, estéticas y de protección de quien se decide a adquirirlas.
Hablamos de las alarmas Verisure. Pero, como podría parecer éste un artículo más publicitario que descriptivo, y no es esa la idea, te invito a que hagas clic en la quinta palabra de este párrafo, “Verisure” y le eches un vistazo a las opiniones que otros usuarios han dejado sobre las alarmas de esta marca.
Por si no has sabido muy bien por dónde empezar, te ofrezco una, al azar (créeme, la he elegido al azar, tanto que es la primera que he visto):
“Tengo mi alarma ya desde hace 6 meses, creo que es una alarma muy moderna que es fácil de usar y que además en el momento de la instalación fue muy rápido y los técnicos fueron muy amables.
“Con la alarma puedes descargarte una aplicación para el móvil donde puedes controlarla y además puedes tener registro de las entradas y salidas de las personas que tienen la llave electrónica.
“Algo que descubrí fue que puedes hacer llamadas secretas al panel de control y puedes escuchar a la gente que esta en el hogar, puede que no sea algo muy ético pero como madre de familia a veces me gusta saber que todo esta en orden.
“Nos explicaron que la alarma es muy segura y que no la pueden sabotear ya que no esta conectada a una línea fija, tiene su propia tarjeta móvil y por eso puede hablar con la alarma.
La alarma esta conectada 24 horas con la policia y también con los técnicos, se puede usar también para emergencias médicas y para contactar a los bomberos. Es una excelente forma de sentirte más tranquila cuando dejas a tus hijos solos.”
Tanto he respetado la opinión que ni siquiera he corregido las faltas de ortografía. En fin, maniático que es uno.